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“Los gustos culposos en la comida”

¿Cuántas veces nos han limitado algunos alimentos dentro de nuestro cambio de alimentación? “Evita el azúcar, aléjate del pan, no comas cosas grasosas”. Las prohibiciones tienen un efecto muy curioso sobre nuestro cerebro: cuanto más nos dicen que no debemos hacer o comer algo más se nos antoja, ¿lo has pensado?

Aquí te contamos un poco más sobre esos pequeños placeres que no “deberíamos” darnos.

¿Son realmente tan malos?

Una cosa es cierta: lo ideal es no restringirte nada. Aunque hay alimentos que son mucho menos benéficos que otros para tu cuerpo, “prohibirnos” algo es ya limitarnos sobremanera, lo cual no es necesario.

Si usualmente tienes una alimentación saludable, tu cuerpo y tu cerebro se van acostumbrando a los beneficios y las delicias de la buena alimentación como el comer frutas y verduras regularmente; poco a poco vas descubriendo que bien preparados tienen un gran sabor y los vuelves parte de tu alimentación.

Cuando esto sucede, no tienes por qué dejar de lado pequeños detalles como una rebanada pequeña de pastel, un pequeño pedazo de chocolate. Todos estos elementos están bien si son ocasionales y en pequeñas cantidades, aunque debes considerar que si los deseas con mayor regularidad probablemente tienen un factor emocional o psicológico que no has considerado. Por ejemplo, el chocolate suele usarse como antidepresivo o ansiolítico, cuando en realidad le causa mucho daño a tu cuerpo si se consume con regularidad.

¿Por qué los sueles comer?

El cerebro suele asociar la comida saludable con comida desagradable y la comida chatarra con comida más que agradable; es por eso que nos cuesta trabajo preferir unos deliciosos palitos de pepino a unas papas o unos chocolates. Lo ideal sería que se nos antojara más el pepino con limón, sal y chilito, que finalmente tiene muchos más nutrientes y el limón igualmente estimula las papilas gustativas, pero el tiempo y los químicos que contienen los demás alimentos nos hacen creer que la comida chatarra es más sabrosa.

¿Cómo cambiar esto? En mi programa Mente sana, cuerpo ideal te lo explico paso a paso, pero por ahora te contaré que solo debes pensar en algo saludable como una quesadilla asada de champiñones con queso panela (esto no es tan extremo, porque la comida típica mexicana también es muy sabrosa) y después cosas como una ensalada de aguacate o unos huevos a la mexicana; ;cuando pienses en esto, imagina el sabor y saboréalo en tu mente. Si lo haces con frecuencia, tu cerebro empezará a anhelar y desear la comida saludable.

No te limites, ¡transforma tu mente!

Yola Padilla

Creadora del programa “Mente Sana Cuerpo Ideal”

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